Llega el invierno: ¿está a punto la calefacción?

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Ante las olas de frío polar, cabe preguntarse si la calefacción central del edificio está a punto.
La calefacción se prende generalmente en mayo y sin duda ya en pleno invierno se hace muy necesaria.
Cuánto tiempo, a qué temperatura, qué días… es un tema que se regula cuidadosamente según el edificio.
Lo normal es que se sugiera prender la calefacción todos los días, para mantener la estructura del edificio caliente siempre. Incluso cuando sube la temperatura y tenemos un «veranillo», no encender la calefacción puede ocasionar que el edificio se enfríe y le tome un tiempo recuperarse.
Durante siglos, hemos buscado formas rápidas, seguras y económicas de mejorar la temperatura de nuestras viviendas.
Ya en la época de los romanos existían distintas funciones de calefacción central en las viviendas de los más pudientes.

Las calderas más comunes funcionan con fuel oil, gas o leña. Hay también muy buenos sistemas eléctricos, pero no son tan comunes.
Dado que el agua es el elemento accesible con mayor capacidad de acumular calor, el sistema de calefacción clásico, utiliza como caloportador el agua, que llega por tuberías.
Las tuberías pueden ser de acero negro, de cobre y, actualmente, de materiales plásticos. No debe utilizarse acero galvanizado, porque las temperaturas que alcanza el agua destruyen la protección galvánica.
Sin embargo, el agua tiene algunos inconvenientes cuando la usamos en los sistemas de calefacción:

  • si se calienta a más de 100°C se transforma en vapor si la presión es atmosférica. Esto limita la cantidad de calor que se le puede aplicar,
  • Además, el agua es corrosiva y ataca las cañerías.

¿Cómo funciona el sistema de calefacción central?

Un sistema de calefacción consiste en la fuente de producción de calor (la caldera) y un elemento trasmisor de calor. El calor es transportado por medio del agua.
La mayoría de los edificios poseen un sistema de circulación forzada para esta agua caliente. Esto consiste en bombas que empujan el agua a través de las cañerías.
También es importante tener presente que el agua fría, al calentarla, se dilata más que el recipiente en el que se calienta. Por lo tanto, el sistema requiere también un tanque de expansión que se ubica en la parte más alta.
Los quemadores cumplen funciones similares sin importar el tipo de combustible que utilice la caldera.
En el quemador se genera la combustión, que libera la energía contenida en el combustible. Esta energía se transfiere al agua, que se calienta y circula por los serpentines de los pisos.

Mantenimiento del sistema de calefacción

En Montevideo, todos los edificios con calefacción central deben tener un servicio de mantenimiento especializado durante la temporada de
calefacción.
Esto solo es obligatorio mientras la calefacción está en funcionamiento, durante los meses de invierno. Los servicios deben ser autorizados por la IMM.

Es importante verificar la experiencia de los servicios. Hay que recordar que, ante una falla del sistema o lesiones, el servicio puede ser responsable en caso de que la falla fuera provocada por impericia o negligencia. Por eso es vital seleccionar una empresa sólida y con buen respaldo técnico. Afortunadamente, en nuestro mercado hay muchas con amplia experiencia.

Calefacción totalmente automática, ¿es posible?

Durante mucho tiempo, el peor problema de la calefacción fue cómo ajustarse a un criterio único, comprobable, para medir la temperatura y organizar el horario de encendido y apagado. ¿Cómo decidir qué días encender? ¿Cuántas horas?

Por suerte la tecnología vino en nuestra ayuda y ya no es necesario hacer esos ajustes «a ojo» Actualmente, muchas calderas disponen de excelentes sistemas de encendido y apagado que se regulan con la temperatura interior y exterior del edificio. Mediante termómetros colocados dentro y fuera del edificio, se pueden determinar temperaturas mínimas y máximas para encender y apagar las calderas.

De esta manera, se dispone de un criterio fijo y se ahorra mucho combustible.

 

 

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